miércoles, 13 de junio de 2012
Bullying ,ESCALA DE AGRESIÓN ENTRE PARES PARA ADOLESCENTES
Comparto un estudio muy interesante que se realizó en la UCU (Universidad Católica del Uruguay)con datos sobre el trato de adolescentes con sus pares .
ESCALA DE AGRESIÓN ENTRE PARES PARA ADOLESCENTES Y
PRINCIPALES RESULTADOS
BULLYING SCALE FOR ADOLESCENTS AND MAIN RESULTS
NELDA CAJIGAS DE SEGREDO, EVELINA KAHAN, MARIO LUZARDO,
SILVIA NAJSON Y GABRIELA ZAMALVIDE
Facultad de Psicología, Universidad del Uruguay 2
Resumen
La Escala de Agresión entre Pares (Bullying) se tradujo, adaptó, factorizó y validó en
una muestra de 607 estudiantes secundarios de Montevideo, Uruguay. Se introducirá
conceptualmente el fenómeno de Agresión entre Pares junto con el contexto en el cual se
elaboró esta escala y se describirán su estructura y validación.
La escala está compuesta por cuatro sub-escalas. Las dos primeras están asociadas a
factores de riesgo: la Sub-Escala Influencias Externas (Conductas Transgresoras de Amigos
y Actitud de Adultos sobre Violencia) y la Sub-Escala Actitud Personal hacia la Violencia
(Actitud Facilitadora y Falta de Manejo de la Agresión). La Sub-Escala Conductas
Prosociales amplía la comprensión del fenómeno aportando conductas positivas. En la cuarta
sub-escala, Conductas Agresivas, surgieron tres dimensiones: Pelea, Intimidación y Burla.
Las propiedades psicométricas son satisfactorias.
En último término se presentan los resultados por género y edad que arrojan
diferencias significativas consistentes con la literatura sobre esta temática.
Abstract
The Peer Aggression (Bullying) Scale was translated, adapted, factor-analyzed, and
validated on a sample of 607 adolescents from a middle school in Montevideo, Uruguay.
After reviewing the phenomenon of peer aggression and the context in which this
instrument was developed, the scale’s structure, which is comprised of four subscales, and its
validation are described. Two subscales are associated with risk factors: the Outside
Influence subscale (with two components, Norm-breaking Friends and Adult Attitudes
toward Violence) and the Personal Attitude Toward Violence subscale (with two
components, Facilitating Attitudes and Lack of Aggression-management Ability). The 3
Prosocial Behavior subscale broadens the evaluation of peer aggression by sampling positive
behavior. The Aggressive Behaviors subscale has three components: Fighting, Bullying, and
Teasing. The psychometric properties of the four subscales are satisfactory.
The main results are further analyzed by gender and age, on which significant
differences emerged that are consistent with the literature on peer aggression.
PALABRAS CLAVE: Adolescencia, Enseñanza Media, Agresión entre pares, Bullying,
Escala, Validación
KEY WORDS: Adolescence, Middle School, Peer aggression, Bullying, Scale, Validation 4
Introducción
Este trabajo resulta de una amplia investigación relativa a algunos mecanismos
psicológicos de la violencia en adolescentes - los sentimientos de ira, depresión y las
conductas agresivas - en una institución educativa secundaria de Montevideo, capital de
Uruguay (Cajigas y cols., 2001, 2002, 2004a).
El objetivo de lo que aquí se expone ha sido investigar el fenómeno de Agresión entre
Pares (Bullying) y validar una escala en población uruguaya para evaluar dicho fenómeno,
debido a la escasez en la región de instrumentos con estas características. La investigación de
la agresión entre pares se ha realizado con propósitos psicológicos y educativos, y la
evaluación con fines diagnósticos, de prevención y de mejora de las relaciones entre los
actores de la institución educativa.
En primer lugar se examinarán algunos conceptos asociados al fenómeno de Agresión
entre Pares (Bullying) y se reseñará acerca del contexto de los estudios relativos a dicho
fenómeno en América Latina y la región. Se describirán la escala desarrollada en la
población uruguaya, su análisis factorial y propiedades psicométricas, así como los
principales resultados de la aplicación de dicho instrumento según género y edad.
Conceptualización
La Agresión entre Pares (Bullying) consiste en el fenómeno de violencia que ocurre
en el ámbito escolar y tiene como actores y víctimas a los propios alumnos. Los primeros
estudios sobre el tema se iniciaron sistemáticamente en la década del 70 por D. Olweus, 5
Universidad de Bergen, Noruega. Luego ha sido ampliamente estudiado dentro de la Unión
Europea y en Estados Unidos.
En reciente revisión de la literatura internacional relativa al fenómeno del Bullying
(Espelage & Swearer, 2003) se afirma que, si bien coexisten diferentes concepciones, hay
acuerdo en considerar el fenómeno como una subcategoría de la agresión (Olweus, 1993;
estudios de Dodge citado en Espelage, 2000 y de Smith y Thompson, citado en Espelage &
Swearer, 2003). También existe consenso en reconocer que: "Una persona es agredida por
sus pares cuando está expuesta repetidamente, durante un tiempo, a acciones negativas por
parte de uno o más estudiantes" (Olweus, 1993). "Se está agrediendo o maltratando a un
estudiante cuando otro le dice cosas repugnantes y desagradables. También cuando se golpea
a un estudiante, se le da patadas, se le amenaza, se le encierra con llave en un cuarto, se le
envían cartas desagradables y cuando nadie le habla" ( estudio de Smith y Sharp, citado en
Espelage& Swearer, 2003). La violencia física es pues, parte del concepto, que comprende,
además, dimensiones de agresión más leve, indirecta y/o relacional.
Este tipo de violencia (Bullying) suele ser mal conocida por el personal escolar y
cuenta con cierto grado de permisividad e indiferencia, desconociendo las consecuencias
negativas que estas conductas pueden llegar a tener en quienes las realizan y padecen. Quizás
se deba a una cierta “naturalización”del fenómeno al concebirlo como habitual entre los
jóvenes (Viscardi, 2003). Se puede considerar el fenómeno del bullying como una forma
grave y específica de conductas agresivas hacia individuos determinados (Cerezo, 2001). En
las instituciones donde este fenómeno está arraigado constituye una causa mayor de
deserción. La agresión entre pares puede consolidarse en las instituciones y, por lo tanto,
debe prevenirse. 6
El contexto latinoamericano
En América Latina la agresión entre pares es encarada como una manifestación más
de la violencia en las instituciones educativas que ha sido estudiada y sobre la cual se ha
intervenido principalmente desde los años noventa. Se ha apuntado a la violencia en su
forma macro, abarcando las diferentes expresiones de la misma, y ha sido en parte fruto de la
preocupación por el aumento del nivel de pobreza en las poblaciones latinoamericanas y la
consecuente fragmentación social. La institución educativa debería recobrar su “capacidad
para continuar siendo un espacio de inclusión” (Filmus, 2003).
La disciplina desde la cual se ha estudiado la violencia escolar con más frecuencia es
la sociología de la educación y la mirada dominante ha sido el paradigma crítico. La
institución educativa refleja la violencia social y, sobre todo, las desigualdades económicas,
socio-culturales, raciales y de género. Actualmente se postula que se ha agravado lo que
siempre existió en la institución escolar (castigos, imposición de significados, la “violencia
simbólica” acuñada por Bourdieu).
Filmus (2003) sintetiza, con respecto a las investigaciones en la Argentina, lo que
puede ser una característica regional: El desarrollo de la investigación en el campo de la
violencia en la escuela, muestra el predominio de trabajos de índole teórica, destinados a
recopilar, debatir y posicionarse frente a las perspectivas existentes. Las investigaciones que
pasan del nivel macro al institucional, grupal o inter individual se vuelven más precisas y
empíricas, existiendo ciertas resistencias a los estudios de evaluación de la agresión por
considerarlos un riesgo de etiquetación de los estudiantes (Filmus, 2003). En general, en
América Latina se usan esencialmente encuestas, con predominio de lo antropológico y
sociológico, y con limitado énfasis en los procesos psicológicos. Se investiga, 7
principalmente la percepción de la violencia por parte de los distintos actores involucrados en
las instituciones educativas.
En reciente revisión de la percepción de la violencia de alumnos, docentes y
administradores del sistema educativo uruguayo, Viscardi (2003) examina los datos
resultantes de censos y otros estudios. En 1995 la Administración Nacional de Educación
Pública (ANEP) informaba que el 91% de los alumnos de los primeros años del Secundario
mencionaba la presencia de peleas entre compañeros, 71% decían haber sido objeto de
agresiones verbales y 61% haberlas propinado, mientras que 28% admitían haberse
involucrado en peleas físicas. En otra encuesta posterior, hecha pública en 2002, ANEP
comunicó que los alumnos sugirieron, como una de las necesidades más reiteradas, que se
aborde el problema de la violencia y se brinden estrategias para el tratamiento y resolución de
conflictos. La agresión entre pares es experimentada por los estudiantes, identificada por los
docentes y administradores, y todos los actores esperan una solución al problema.
Instrumentos de evaluación a responder por los propios actores de la educación,
diferentes del cuestionario de encuesta, son infrecuentes, constituyendo la Escala de Agresión
entre Pares (Cajigas y cols., 2003a y 2004b) una contribución al estudio del fenómeno desde
el punto de vista psicológico, con base en el modelo ecológico de Bronfrenbrenner (1987)
como uno de sus referentes conceptuales, y profundizando en el microsistema, primer nivel
del modelo (individuo, familia, escuela y vecindario). Este modelo implica contemplar el
fenómeno en toda su magnitud, tanto del punto de vista de los sistemas como del contexto
latinoamericano actual.
Consideraciones sobre la denominación del fenómeno 8
Los primeros estudios sobre la violencia entre pares se dieron en Europa en los años
setenta y se referían al mobbing, limitando el fenómeno a las agresiones grupales, sin atender
las situaciones individuales. Posteriormente, al visualizarse la importancia de la agresión
individual se comenzó a utilizar el término bullying que, incluyendo tanto lo grupal como lo
individual, resultó ser más abarcativo. En el Informe del Defensor del Pueblo (2000) sobre
el maltrato entre iguales en la educación se hace un estudio histórico del concepto y su
nominación en español. Se acepta que el bullying es la denominación internacional
consensuada, aunque se le añade otro componente que es la exclusión social. El informe
citado utiliza intimidación como una dimensión restrictiva del bullying que no incluye la
exclusión social. Por ello esa referencia denomina maltrato entre iguales al fenómeno del
bullying. En forma similar, la escala que aquí se describe utiliza intimidación para referirse a
una dimensión del bullying y al fenómeno general y a la escala se le ha llamado agresión
entre pares. En los países latinoamericanos no existe aún una denominación consensuada y
se observan distintos términos según el país, tales como Chile, en el cual se habla de
“matonaje” o, Argentina, en donde se menciona el “patoterismo”.
Los instrumentos de evaluación del Bullying
En el ámbito internacional, existe preocupación no sólo en cuanto a la
conceptualización del bullying sino además con respecto a las formas de evaluación del
mismo, así como al diseño de programas de intervención.
Existen distintas modalidades de evaluación del bullying tomando en consideración
las perspectivas de los distintos involucrados, padres, profesores, alumnos, etc. (Espelage &
Swearer, 2003). También son frecuentes los métodos de nominación de pares y de maestros
inspiradas en las técnicas sociométricas (Cerezo, 200l), las observaciones comportamentales 9
y cuestionarios auto-administrados, siendo estos últimos los más frecuentes en investigación
(Espelage & Swearer, 2003). Si bien en el presente estudio se realizaron observaciones
conductuales así como cuestionarios a completar por los docentes, se ha utilizado
principalmente el instrumento auto-administrado que ha dado lugar a la Escala de Agresión
entre Pares.
Cabe señalar que en los últimos años se han elaborado distintas escalas para la
evaluación del bullying en las instituciones educativas (entre otras, las escalas de Olweus y
Bosworth y cols, citados en Espelage y Swearer, 2003) cuyo examen escapa a los objetivos
del presente trabajo. En general, se han producido en países con amplios recursos
económicos y una vasta trayectoria en investigación, lo cual difiere de la situación
latinoamericana y, en concreto, del contexto en que se ha desarrollado esta investigación.
La escala que aquí se describe está basada en el segundo instrumento mencionado, el
cuestionario auto-administrado de Bullying, Fighting and Victimization de varios autores en
colaboración (Espelage, 2000; estudios de Crick, citado en Espelage, 2000 y de Bosworth y
cols, citado en Espelage y Swearer, 2003) e inspirado, principalmente, en un importante
proyecto de evaluación de prevención de la violencia realizado junto con Bosworth, Simon y
Crick, citado en Espelage, 2000.
En dicho instrumento el bullying se considera como una conducta agresiva leve que
no incluye la violencia física, por lo cual la agresión física merece un nombre específico:
Fighting (pelea). Posteriormente Espelage, de acuerdo con la literatura internacional
(Espelage & Swearer, 2003) conceptualiza el bullying incluyendo el comportamiento
agresivo físico, además del indirecto y verbal. En la adaptación de la presente escala y el
análisis de los datos realizado, los ítems de pelea del instrumento de Bosworth, Espelage y
Simon fueron integrados desde el comienzo en el concepto de Agresión entre Pares que se 10
estudiaba. La presente Escala se titula entonces Agresión entre Pares, diferenciándose en la
misma, gracias al análisis factorial, las dimensiones de Pelea, Burla e Intimidación.
Método
Participantes
La muestra, compuesta por 607 estudiantes, se seleccionó porque se tenía acceso al
establecimiento de enseñanza pública donde una de las investigadoras trabajaba. Por otra
parte, se contó con la cooperación de las autoridades quienes permitieron, no sólo el
recogimiento de los datos, sino que acogieron con beneplácito una intervención psicoeducativa posterior por parte de este equipo, con el fin de mejorar los problemas
identificados. Se obtuvo así un censo de la población del centro educativo. Además, las
características socio-demográficas de la población eran similares a la de una vasta mayoría de
la población de la ciudad, no exhibiendo ni privilegios, ni pobreza extrema. La mayoría de
los estudiantes se ubicaban en un estrato socio-económico medio-bajo, con necesidades
básicas satisfechas (Cajigas y cols., 2003b).
Cincuenta y cuatro por ciento de los estudiantes pertenecían al sexo femenino frente al
46% del sexo masculino. El rango de edades para la muestra total iba de 11 años a 17 años,
observándose un mayor agrupamiento entre los 12 a los 15 años. Moda, mediana y media
coincidieron en 14 años.
Los participantes integraban un vecindario periférico de Montevideo y fueron
encuestados en el año 2001. 11
Procedimiento
La autorización de la investigación se solicitó formalmente a las autoridades centrales
del sistema de enseñanza público así como a la dirección de la institución. Antes del día
arreglado para la administración de los cuestionarios, se visitaron las clases, se explicaron
los objetivos de gran parte de la investigación, se mandó a los padres de los estudiantes aviso
de la actividad a desarrollar y se les solicitó un consentimiento escrito para que sus hijos
participaran. Se anunció a los estudiantes que se pediría que completasen unos cuestionarios
auto-administrados. Dichos instrumentos - evaluaciones de la Ira, la Depresión, la Agresión
entre Pares - y una encuesta elaborada ad hoc para obtener datos acerca del perfil socioacadémico, familiar, relacional y de vida de los estudiantes, se administraron a los
estudiantes durante sus clases habituales, cedidas por los docentes titulares, y en una sola vez
(con excepción de los grupos donde se aplicó el retest a la semana siguiente para controlar
fiabilidad). Se obtuvo una excelente tasa de respuesta y las respuestas resultaron fiables.
Sólo unos pocos estudiantes – menos de quince entre los 607alumnos totales – se negaron a
responder o contestaron de manera que hubo que invalidar las respuestas. Muchos
estudiantes declararon que les había gustado contestar los cuestionarios porque les había
permitido pensar en algunos de los problemas que se exploraban.
Los jóvenes participaron voluntaria y satisfactoriamente, luego de ser informados
sobre la investigación y la importancia de su cooperación en la misma. Se aclaró a los
jóvenes que el material sería manejado exclusivamente por este equipo de investigación,
exterior al Liceo, y se mantendría estricta confidencialidad relativa a las respuestas
individuales. Los jóvenes se identificaron por la fecha de nacimiento, lo cual posibilitó
proponer a los estudiantes de riesgo (con altas puntuaciones en las escalas o con sucesos
vitales estresantes) grupos de apoyo con profesionales externos y/o se los refirió al equipo 12
multidisciplinar (psicólogo y asistente social) del liceo con el fin de orientarlos. En el plano
institucional, posteriormente al primer análisis, tuvo lugar una instancia de devolución donde
se expusieron los resultados obtenidos, y en la cual se intercambiaron opiniones con la
dirección y el equipo de docentes.
Instrumento
La Escala de Agresión entre Pares comprende 35 items y su objetivo es evaluar el
comportamiento agresivo entre jóvenes (bullying).
El cuestionario auto-administrado de Bullying, Fighting and Victimization de
Bosworth, Espelage y Simon (citado en Espelage, 2000) fue traducido y adaptado para la
muestra uruguaya. Se le agregó un componente orientado a explorar las conductas de ayuda
y se prescindió de los ítems de victimización y de nominación de pares por exceder los
límites de la investigación marco.
Junto a la escala que aquí se describe, esta investigación utilizó también (a) el
Inventario de Depresión para Niños (The Children’s Depression Inventory, CDI, de Kovacs,
1992, traducido y validado para la población española por Del Barrio (1997a) y Del Barrio y
cols. (1997b y 1999b); y (b) el Inventario de Ira Estado-Rasgo para Niños STAXI-N de
Spielberger (1995) adaptado a la población española por Del Barrio y cols. (1998 y 1999a) y
Moscoso y Spielberger (1999). Como todo ello resultaba en un conjunto considerable de
conductas negativas cuyo estilo frontal, infrecuente en esta cultura, podría generar
resistencias en los jóvenes para una cooperación apropiada, se creó una sub-escala de
Conductas Prosociales. Se formularon ad-hoc ítems para explorar las conductas empáticas y
solidarias como factor de protección frente a la agresión. Por otra parte, se buscó también 13
mejorar la fiabilidad del instrumento disimulando el objetivo evidente de la escala y evitando
una posible automatización de las respuestas.
El cuestionario auto-administrado se divide en cuatro partes con instrucciones y
formas de puntuar específicas. Los ítems figuran en las Tablas 1 a 4.
En la primera parte que corresponde a la Sub-Escala Actitud hacia la Violencia, las
instrucciones son: “¿Qué piensas acerca de las siguientes frases? Elige la respuesta que
refleje mejor tu opinión...”, ofreciendo cinco opciones de respuesta: desde Totalmente en
desacuerdo a Totalmente de acuerdo (puntuadas de uno a cinco).
En la segunda parte que concierne a las Sub-Escalas Conductas Prosociales y
Conductas Agresivas, se pregunta: “Elige cuántas veces hiciste la actividad mencionada o
cuántas veces estas cosas te ocurrieron a ti en los últimos 30 días”, teniendo como
alternativas cinco respuestas: Nunca, 1 o 2 veces, 3 o 4 veces, 5 o 6 veces y siete veces o más
(puntuadas de uno a cinco).
En la tercera y cuarta parte del cuestionario que se refieren a la Sub-Escala de
Influencias Externas, se pregunta respectivamente: “Pensando en los adultos con los que más
te relacionas, ¿cuántos de ellos te dicen lo siguiente?” y “En los últimos treinta días, ¿cuántos
de los amigos con los que te juntas habitualmente se comportaron de la siguiente manera?” A
cada ítem se responde en base a cuatro opciones, desde Ninguno a Todos (puntuadas de uno a
cuatro).
Estructura Factorial de la Escala de Agresión entre Pares
El cuestionario de Espelage y colaboradores en que nos basamos comprende varios
aspectos relacionados con la agresión entre pares, que se consideraron relevantes para
estudiar el fenómeno y se integraron en la escala, como las influencias del entorno (de los 14
adultos y los amigos que frecuentan los jóvenes), las actitudes personales de los propios
estudiantes con respecto a la violencia y sus habilidades para manejar los impulsos agresivos,
como también el foco del estudio, las diferentes expresiones de la agresión entre pares. Se
explicó anteriormente la inclusión de las conductas de ayuda. Estos varios aspectos
relacionados con la agresión entre pares se consideraron en forma separada, pues miden
rasgos latentes distintos del fenómeno central, es decir, las dimensiones de la agresión.
Resultaron así cuatro sub-escalas que fueron sometidas al análisis factorial de componentes
principales con rotación Varimax y normalización Kaiser. Del cuestionario inicial compuesto
por 41 ítems se seleccionaron 35, eliminando aquellos con saturaciones débiles y/o cruzadas,
así como los que no resultaron consistentes conceptualmente con los ítems de un mismo
factor.
Sub-Escala Influencias Externas.- Con estos ítems se investiga cómo influyen en las
conductas de agresión de los jóvenes, los comportamientos de los pares y las actitudes de los
adultos con los cuales ellos comparten la mayor parte del tiempo. Se extraen 2 factores. (Ver
Tabla 1, Cargas factoriales de la Sub-Escala Influencias Externas)
Factor 1 (7 ítems) indaga cuán a menudo los amigos de los estudiantes intimidan o actúan en
trasgresión con las normas.
Factor 2 (4 ítems) pregunta qué mensajes, respecto a la resolución de conflictos, transmiten a
los estudiantes los adultos de su entorno.
Sub-Escala Actitud hacia la Violencia. - Se evalúa aquí la actitud personal de los
estudiantes con respecto a las conductas agresivas, al acto físico de pelear y a modos
alternativos de resolver conflictos. Se encuentran 2 factores. (Ver Tabla 2, Cargas
factoriales de la Sub-Escala Actitud hacia la Violencia) 15
Factor 1 (4 ítems) averigua la opinión de los jóvenes con respecto a la reacción ante
conflictos.
Factor 2 (2 ítems) investiga el grado de habilidad de los estudiantes para buscar formas
alternativas de resolución de conflictos.
Sub-Escala Conductas Prosociales. - Se evalúan las conductas de solidaridad con los
compañeros. Del análisis factorial surgió que los ítems de Conductas Prosociales (5 ítems) se
separaban grupalmente cuando se analizaban junto con los ítems de Conductas Agresivas. En
busca de mejorar las cargas factoriales de la sub-escala de Conductas Agresivas se analizó
separadamente y se obtuvo una sub-escala aislada, contrastante con las distintas dimensiones
agresivas y de Factor único. (Ver Tabla 3, Cargas factoriales de la Sub-Escala Conductas
Prosociales)
Sub-escala Conductas Agresivas. - Con esta sub-escala se investiga la frecuencia
con que los encuestados incurren en comportamientos de agresión entre pares. A diferencia
del análisis factorial efectuado por Espelage (2000), en esta investigación se encontraron 3
factores (Ver Tabla 4, Cargas factoriales de la Sub-Escala Conductas Agresivas)
Factor 1 (5 ítems). Investiga las conductas de agresión física contra otros por parte del propio
estudiante, o la incitación a la misma.
Factor 2 (4 ítems). Se refiere a conductas de agresión indirecta o indeterminada.
Factor 3 (3 ítems). Estudia las conductas asociadas a bromas contra otros y al placer de
realizarlas.
Los ítems de Pelea coinciden con los de Espelage y son claramente de agresión física.
Espelage incluye en su factor Bullying los ítems que en este análisis se separaron en dos -
Intimidación y Burla - aunque en la literatura se han caracterizado como pertenecientes al
fenómeno de Bullying (agresión entre pares indirecta y/o verbal). El componente Burla, 16
configuró claramente en esta población un factor separado, cuyos ítems muestran una forma
indirecta de agresión asociada al placer de molestar al otro.
Propiedades Psicométricas
Validez de constructo
El constructo de la agresión entre pares a través de esta escala se ha comportado de
manera consistente. Se constataron cambios evolutivos en la agresión de los jóvenes. Las
puntuaciones diferenciaron significativamente los grupos de jóvenes que obtuvieron altas
puntuaciones de los que obtuvieron puntuaciones medias o bajas. Por otra parte, las
correlaciones entre las sub-escalas del instrumento completo resultaron lógicamente
esperables, lo que ha puesto en evidencia la validez de su estructura factorial. Los
estudiantes que más se vinculaban con amigos transgresores eran los que mostraban más
conductas agresivas, con coeficientes de 0,54 en relación con Pelea, 0,40 con Intimidación y
0, 48 con Burla. De la misma manera, los que creían que los conflictos se solucionaban por
la fuerza (Actitud Facilitadora) obtuvieron también coeficientes positivos de 0,38, 0,17 y 0,29
con las tres conductas agresivas nombradas. En tanto, cuanto más frecuente era el mensaje
conciliador de los adultos (-0,36, -0,11 y -0,26 respectivamente), las conductas agresivas
disminuían, apareciendo correlaciones negativas. Así mismo, cuando las conductas
prosociales estudiantiles eran más habituales, las correlaciones fueron negativas aunque de
escasa o nula significación. La falta de manejo de los impulsos agresivos de los mismos
estudiantes también correlacionó positivamente con la Pelea (0,27) y, en menor grado con la
Burla (0,14), no mostrando asociación con la Intimidación. Además, los datos resultantes de
este estudio son consistentes con los resultantes del análisis factorial reportados por Espelage
(2000) en una muestra de 422 adolescentes tempranos en Estados Unidos. 17
Fiabilidad
(a) Se evaluó por medio de los Coeficientes Alpha de Cronbach totales y por
género. La consistencia interna de las sub-escalas y factores principales es satisfactoria,
aunque algo más débil en lo que respecta a las actitudes personales de los estudiantes: la
Actitud Facilitadora de la violencia (0,52) y la de Falta de Manejo de la Agresión (0,55). Los
valores Alpha de la sub-escala de Conductas Agresivas fluctúan entre 0,69 (Intimidación) y
0,83 (Pelea) observándose un 0,76 en Burla. Los coeficientes de la Sub-Escala Influencias
Externas son de 0,76 ( Conductas Transgresoras Amigos) y 0,72 ( Actitud Adultos sobre
Violencia). El Alpha de la subescala de Conductas Prosociales es de 0,78. Los Alfa
discriminados entre mujeres y hombres no muestran diferencias salvo en la Sub-escala de
Actitud Facilitadora donde los coeficientes son débiles (0,52 y 0,44 respectivamente) y en la
Sub-escala de Burla en las que el Alfa es algo mayor en las mujeres (0,76 versus 0,70)
sugiriendo que las respuestas de las mujeres relativas a las conductas de Burla son algo más
confiables que las de sus pares masculinos.
(b) También se calcularon las correlaciones test-retest con un intervalo de una
semana. Las tres sub-escalas de Conductas Agresivas (0,67), Burla (0,66) y Pelea (0,64), la
Actitud Facilitadora de violencia (0,72) y las conductas Prosociales (0,65) resultan las subescalas más estables. La tendencia a vincularse con Amigos transgresores es moderadamente
estable (0,57), mientras que las Opiniones Conciliadoras de los Adultos y la propia Falta de
Manejo de la agresión correlacionan más débilmente (0,47 y 0,44).
Resultados
18
La comparación de las puntuaciones medias de la Escala de Agresión entre Pares y de
las frecuencias de los jóvenes que presentan puntuaciones correspondientes al tercio más
elevado (Cajigas y otros, 2004b) arrojó diferencias significativas por género y edad.
Efecto del Género
Pueden observarse distintas formas de expresión del Bullying por género (Ver Tabla
5, Medias de las Sub-Escalas y Factores de la Escala de Agresión entre Pares por género).
Los varones muestran una mayor agresividad a través de las conductas de pelea y burla,
desarrollan actitudes que favorecen los actos violentos, y tienden a vincularse con pares
transgresores en mayor grado que las chicas.
Los hombres presentan en mayor medida una actitud predisponiendo a conductas
violentas, considerando frecuentemente que si se apartan de una pelea se descalificarían
delante de sus pares, o que está bien golpear a alguien que golpeó primero. Asimismo, éstos
tienden a actuar en forma impulsiva y se burlan más que las mujeres. También los
muchachos admiten vincularse con pares que se involucran en conductas transgresoras más
que las chicas.
Las adolescentes, en cambio, declaran más frecuentemente que los adultos del entorno
les aconsejan resolver conflictos pacíficamente. En efecto, los datos muestran que las
jóvenes exhiben un mejor manejo de la agresividad.
Efecto de la Edad
La influencia conciliadora de los adultos fluctúa con la edad y los mayores declaran
con menos frecuencia que los más jóvenes, que los adultos del entorno les expresen opiniones
de moderación. Las conductas de Pelea y Burla se elevan significativamente con la edad, 19
así como la actitud facilitadora de la violencia. Al mismo tiempo el manejo de los impulsos
agresivos desciende con la edad. (Ver Tabla 6, Medias de las Sub-Escalas y Factores de la
Escala de Agresión entre Pares por edad).
Discusión
En lo que respecta la Escala en sí misma, además de las normas por edad y género
para comparación con poblaciones similares, la adaptación y análisis factorial realizados en
la población uruguaya evidencian ciertas características específicas que aportan al estudio de
la agresión entre pares en la región.
En ese sentido la Subescala de Conductas Prosociales, original de este instrumento,
plantea nuevas hipótesis a indagar en lo que respecta al efecto de género en las conductas
solidarias. El factor Burla que surgió separadamente, a diferencia del análisis factorial de
Espelage, podría revelar un manejo indirecto de la agresividad (a través de bromas,
sarcasmo e ironía) más extendido en esta cultura.
Otros aspectos merecen atención y deberán ser objeto de mayor investigación. Como
ya fue expuesto, no se integraron en el cuestionario los tres ítems de victimización de
Espelage (2000) y se debieron eliminar, por razón de saturaciones cruzadas, ciertos items
relativos a dimensiones de la agresión entre pares, tales como desparramar rumores, poner
nombretes y la exclusión social (Espelage y Swearer, 2003). Por otra parte, si los
componentes Burla y Pelea parecen sólidos desde el punto de vista del significado, el factor
Intimidación, compuesto por cuatro ítems, fusiona el bullying indirecto y el inespecífico. 20
En referencia a los resultados obtenidos, éstos son consistentes con la literatura de
donde surgen diferentes formas de expresión del Bullying por género. Los varones presentan
en mayor medida una actitud facilitadora de la violencia y comportamientos agresivos físicos
y verbales. Recurren más frecuentemente que sus pares femeninos a hacer bromas a costa de
los compañeros, lo que implica una menor empatía con las víctimas.
En lo relativo a las conductas pro-sociales, investigaciones internacionales (Crick and
Grotpeter, 1995) señalan que las mismas son mayores en las mujeres, tendencia no
encontrada en el presente estudio. La literatura reseña mayor empatía en las mujeres y el
papel de este sentimiento en la prevención de la violencia fue encontrado y puesto de relieve
en el estudio de Endresen y Olweus (citado en Espelage y Swearer, 2003). Resultó llamativo
que en esta muestra los varones tendieran a mostrar más conductas de ayuda que las mujeres,
aunque la diferencia no alcanza significación estadística. Si bien los ítems utilizados
internacionalmente para evaluar la empatía apuntan a los sentimientos, en esta escala, se
interroga sobre las conductas de ayuda. Estos resultados mostrarían que las chicas pueden
sentir más empatía que los varones, pero, a la hora de actuar, los adolescentes tienden a
hacer efectivos dichos sentimientos en mayor grado que sus compañeras.
La literatura existente ha considerado que los varones son más agresivos que las
chicas indagando la agresión directa y abierta. Recientemente otras maneras más sutiles de
agresión han sido estudiadas y Crick & Grotpeter (1995) plantean que, en lo relativo a las
dimensiones indirectas y encubiertas de las conductas agresivas (por ejemplo, chismes,
rumores, etc.) las diferencias por género no serían tan claras. De acuerdo con esto, los
hallazgos encontrados en este estudio muestran que las conductas de Intimidación no
diferencian a los estudiantes por género, mientras sí lo hacen las conductas de Burla y Pelea
en las que los varones muestran mayores niveles.. 21
Las mujeres admiten más las influencias conciliadoras de sus mayores, ya sea debido
a que toman más en cuenta lo que éstos dicen y/o que, culturalmente, se les exige que se
controlen más. En efecto, manejan mejor sus impulsos agresivos, lo que no quiere decir que
sean menos agresivas que sus pares masculinos, sino que expresan la agresividad de manera
más aceptada socialmente.
En cuanto a la evolución del fenómeno en relación a la edad, se encontró que el
grupo de mayores manifiesta que los adultos del entorno tienen un papel moderador menor
que el grupo de los más jóvenes. Probablemente no se trate de una diferencia en el rol
conciliante del adulto según la edad del joven, sino de una tendencia de la adolescencia tardía
de desestimar las orientaciones de los adultos para afirmar la propia autonomía.
Con respecto a la Pelea y la Burla, los resultados muestran claramente que aumentan
con la edad en la muestra estudiada, perteneciente a los años iniciales de la educación
secundaria. Estudios revisados por Espelage y Swearer (2003) dan cuenta que hay un
aumento y pico del fenómeno en la adolescencia temprana y que, en los últimos años del
secundario el bullying decrece. El estudio que se presenta, es consistente con la evolución
que aparece en la literatura internacional ya que estos estudiantes estaban cursando los tres
primeros años de la enseñanza media.
Comentarios Finales
Los datos obtenidos han permitido revelar que, si bien en general, los adolescentes
que han respondido se comportan de manera consistente con lo hallado en la literatura sobre
el tema, la burla podría ser una dimensión de la agresión entre pares más distintiva de esta
población. También las tendencias de las respuestas a las conductas pro-sociales generan 22
hipótesis sobre el comportamiento diferencial por género e indicaciones metodológicas para
la investigación distinguiendo sentimientos de empatía de conductas prosociales.
Por otra parte, ante la escasez de instrumentos de evaluación de la agresión entre
pares en la región, la presente escala ofrece el dispositivo confiable y validado con el
objetivo de estudiar cómo se da este fenómeno en la población descrita y en este contexto, lo
cual permitirá desarrollar con mayor efectividad programas de prevención e intervención en
este medio. Esta Escala resulta relevante en el ámbito educativo: (a) con fines diagnósticos
tanto individual como grupal e institucional, (b) como recurso didáctico para su
incorporación en un currículo de valores prosociales y desarrollo de destrezas relacionales,
(c) con el objetivo de sensibilizar y capacitar al personal educativo para la detección,
prevención e intervención sobre el fenómeno de agresión entre pares, (d) para la integración
de los padres y agentes comunitarios en programas de prevención de violencia, mejora de la
calidad de vida y desarrollo de la paz social. El contar con una escala validada permite
disponer de baremos y normas para esta población, atendiendo a la especificidad cultural. En
este sentido, esto debería servir como estímulo para continuar estudios de investigación con
otras muestras en el país y la región.
Referencias
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Ver Medias de las Sub-Ecalas y Factores de la Escala de Agresión entre Pares por
Género 26
TABLA 1: Cargas factoriales de la Sub-Escala Influencias Externas
ITEMS
FACTOR 1:
CONDUCTAS
TRANGRESORAS
AMIGOS
FACTOR 2:
ACTITUD DE ADULTOS
SOBRE VIOLENCIA
B31. Si un compañero te pega, devuélvele el
golpe (pelear está bien)
0,50
B32. Si un compañero quiere pelear contigo,
trata de convencerlo para evitar la pelea 0,80
B.33. Si un compañero quiere pelear contigo
dile al profesor o algún adulto
0,77
B.34. Pelear no está bien , hay otras formas de
resolver los problemas
0,80
B.35. Sugirieron que hicieras algo ilegal
0,41
B.36. Dañaron o destruyeron cosas que no les
pertenecían 0,69
B.37. Participaron en actividades de “patotas” 0,73
B.38. Golpearon o amenazaron con golpear a
algún compañero 0,80
B.39. Usaron drogas o tomaron bebidas
alcohólicas 0,56
B.40. Tomaron el pelo a compañeros 0,67
B.41. Echaron a otros compañeros de la barra
de amigos 0,57
Eigenvalue 3,358 1,845
% de Varianza 27,18 20,12
Varianza Acumulada 47,30 27
TABLA 2: Cargas factoriales de la Sub-Escala Actitud hacia la Violencia
ITEMS
FACTOR 1:
ACTITUD
FACILITADORA
FACTOR 2:
ACTITUD FALTA
MANEJO
B1 Si me aparto de una pelea soy cobarde 0,67
B2 No necesito pelear porque hay otras
maneras de manejar mi rabia
0,80
B3 Golpear a alguien que te golpeó primero está bien
0,72
B4 Si un chico me toma el pelo, la única forma de detenerlo es
golpearlo 0,65
B5 Si me niego a pelear, mis amigos pensarán que tengo miedo 0,45
B6 Si realmente quiero, en general puedo intentar evitar una
pelea hablando con el otro 0,80
Eigenvalue 1,87 1,20
% de Varianza 25,03 21,27
Varianza Acumulada 46,30
TABLA 3: Cargas factoriales de la Sub-Escala Conductas Prosociales
ITEMS
FACTOR 1:
CONDUCTAS
PROSOCIALES
B11 Ayudé a un compañero que se sintió mal 0,78
B14 Disfruté ayudando a otros compañeros 0,81
B16 Ayudé a otros 0,82
B21 Presté mis útiles o apuntes de clase a otros compañeros 0,50
B28 Traté que un nuevo compañero se sintiera bien en el grupo 0,74
Eigenvalue 2,74
% de Varianza 54,82 28
TABLA 4: Cargas factoriales de la Sub-Escala Conductas Agresivas
ITEMS
FACTOR 1:
PELEA
FACTOR 2:
INTIMIDACIÓN
FACTOR 3:
BURLA
B9 Hice rabiar a otros compañeros para divertirme 0,61
B12 Estando en grupo tomé el pelo a compañeros 0,80
B13 Le pegué a compañeros que son fáciles de ganar 0,53
B17 Tomé el pelo a compañeros 0,84
B19 Me puse a pelear a golpes con otros 0,82
B20 Amenacé con pegar o lastimar a otros 0,73
B22
Me puse a pelar a golpes con otro porque estaba
enojado
0,74
B23 Me saqué la bronca con una persona inocente 0,65
B24 Le devolví el golpe a uno que me pegó primero 0,63
B25 Cuando estaba enojado fui malo con otro 0,74
B26 Hablé mal de mis compañeros 0,71
B27 Inicié discusiones o conflictos 0,67
B29 Animé a otros a pelear 0,63
Eigenvalue 5,003 1,414 1,255
% de Varianza 25,04 17,13 16,84
Varianza Acumulada 59,01
Documento original http://www.ucu.edu.uy/facultades/Psicologia/TB/Documentos/accion_psico.pdf
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